La fotografía como afición y otras artes visuales

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El Bosco en el Prado y más PHotoEspaña

El mes pasado ya me escapé un sábado a Madrid. Hacía casi un par de años que no iba por la capital, y me había saltado las dos últimas ediciones de PHotoEspaña. También me hubiera gustado ver la exposición del Bosco en el Prado, pero al haber decidido el viaje con apenas 36 horas de antelación y siendo en sábado no tuve entradas. Esta semana pasada, estando de vacaciones, volvió a surgirme la posibilidad de acercarme a la villa y corte. De forma más programada. Y aunque también tenía algún compromiso social que atender, fijé con prioridad la visita a la mayor pinacoteca española, previendo también algunos tiempos para algunas exposiciones de fotografía que me quedaron pendientes. Os lo cuento.

Empiezo por la pintura. El Bosco es uno de mis pintores favoritos de todos los tiempos desde 1990. Lo sé con tanta seguridad porque fue el año que pasé viviendo en Madrid, y en el que algunos días de la semana el acceso al Museo del Prado era gratuito. Así que algunos miércoles me bajaba por la tarde y veía tranquilamente alguna sección del mismo. Sin agobios. No había tanto turista entonces. Y muchas veces me pasaba un momento a contemplar "El jardín de las delicias" o "El carro de heno". Me fascinaban.

Ya aviso que las fotografías de la exposición son de extranjis. El Museo del Prado tiene actualmente una política hostil a la fotografía en sus instalaciones, que contrasta con instituciones similares de otros países en los que no sólo se permite sino que se anima. Y se pide que se difunda y se cite, tanto la obra, como el autor, como la institución que lo conserva. O se promueven acciones de conciliación y pacificación de intereses como la iniciativa Tous photographes! de los museos públicos de la República Francesa. Aquí siempre vamos a la contra o hacia atrás.

En cualquier caso, una exposición sobre el pintor flamenco siempre me merece la pena, especialmente cuando a los cuadros que ya me resultaban conocidos desde hace más de 25 años, se suman otros cedidos por otros museos o colecciones del mundo. Cierto es que, a pesar del número limitado de entradas por horas, las salas de la exposición están muy concurridas, con la gente agolpándose ante las obras más conocidas. Obras que, por sus características, lleva mucho rato contemplar. Así que hay que ir armado de paciencia, para ir tomando posición ante las tablas y, una vez en primera fila, poder contemplarlas, analizarlas y disfrutarlas con calma, obviando el nerviosismo de los que por detrás están deseando que te pires.

Pero todo esto sucedió a partir de las seis y cuarto de la tarde y hasta el momento de dirigirme a la estación a coger el tren de vuelta a Zaragoza a las ocho y media. Hasta entonces había planificado algunas visitas a exposiciones de PHotoEspaña que quedaron pendientes de hace un mes.

Me extrañó en su momento que la Fundación Mapfre no ofreciera alguna buena exposición de fotografía. Tienen una tradición de hace ya años por la que siempre tienen a algún fotógrafo interesante en algunas de las salas de exposiciones que tienen en Madrid. Con estupendos catálogos, además. A finales de junio se aclaró el tema cuando vi la noticia de la inauguración en su sala de Recoleto de una retrospectiva de Hiroshi Sugimoto, bajo el título de "Black Box".

Conozco desde hace ya un tiempo la obra de este japonés residente en Estados Unidos. Sus series tienen mucho que ver con los concepto de realidad y apariencia, con el paso del tiempo, con la vida y la muerte. También es arquitecto y ha realizado fotografía de arquitectura. Tengo algún libro con ejemplos de sus obras, pero nunca había tenido la oportunidad de verlas tal y como las concibe. Trabaja con grandes formatos, tanto en el momento de la toma como a la hora de realizar las copias. Grandes copias en blanco y negro de gran perfección técnica, que transmiten como pocas cosas la sustancia y la materia que acompaña a los conceptos que subyacen en las mismas. Creo que es de las imprescindibles en el festival de este año.

Un carácter muy distinto tiene la obra de Miroslav Tichý, fotógrafo checo que tras la Segunda Guerra Mundial comenzó a estudiar bellas artes en Praga, orientándose fundamentalmente a la pintura. Pero al mismo tiempo chocando con el oficialismo del recientemente instaurado régimen comunista, de caracter totalitario. Como consecuencia, abandonó las corrientes del arte oficial, se refugió en su ciudad natal y comenzó a realizar fotografías robadas por las calles de las mismas con cámaras artesanales fabricadas por él mismo con materiales de desecho.

La calidad intrínseca de sus copias es baja. Poco nítidas, con un enfoque dudoso. Unido al motivo fundamental de las mismas, que son las mujeres de todo tipo, edad y condición, otorgan unas connotaciones voyeuristas a su obra que incluso llegan a producir desasosiego en algún momento. Viviendo al margen de la sociedad a casi todos los efectos, montando sus fotografías sobre paspartús también artesanales realizados con cartones de desecho, estuvo olvidado durante décadas hasta que fue reivindicado en la primera década del siglo XXI. Fallecido en 2011, el carácter de su obra me resulta todavía incierto, y no todos los argumentos de quienes lo reivindican me acaban de convencer. La sexualidad que desprenden algunas de sus imágenes no me acaban de convencer de cuáles fueron las intenciones de Tichý. Pero lo mejor es que cada cual vea su obra y opine. A mi me resulta un poquito grimoso. Sin dejar de reconocer los logros estéticos y formales de muchas de sus obras, a pesar de lo precario de sus materiales.

En la Fundación Canal tenemos a una de las fotógrafas de moda en todo el mundo. Se trata de la exposición "Street Photographer" dedicada a Vivian Maier, una exposición que probablemente en estos momentos podamos encontrar en varios lugares del mundo al mismo tiempo, ya que la intensa actividad publicitaria sobre la obra de la niñera convertida en fotógrafa documental de calle, una actividad totalmente desconocida para todos hasta después de su muerte, hace que la demanda sobre todo los aspectos de esta obra sea muy grande.

Cierto es que la calidad fotográfica de su obra es elevada a pesar de que la mayoría de los negativos permaneciron ocultos hasta después de la muerte de Maier. A mí no dejan de sorprenderme la precisión en la composición a la hora de mirar al mundo y lo incisivo de la mirada a la hora de acercarse a sus semejantes. Realmente, dejando de lado la intensa mercadotecnia y explotación que está sufriendo esta obra, hasta un punto que a algunos nos llega casi a la saturación, no deja de ser una exposición que merece la pena ser vista.

Después de comer, sólo teníamos intención de visitar una exposición de fotografía, dos en realidad en un mismo lugar, hasta el momento de entrar en el Museo del Prado. Pero de camino nos pilló cerca el Museo ICO donde nos encontramos con otra exposición que nos resultó sorprendente y además muy interesante. Se trata de la exposición "Desplazamientos" de Robbins & Becher (Andrea Robbins y Max Becher).

Este matrimonio que trabajan juntos no se definen como fotógrafos, sino que utilizan las fotografía para exposner sus tesis. En este caso los desplazamientos culturales a lo largo de todo el mundo. La adopción de formas y manifestaciones culturales por determinadas poblaciones que son ajenas a sus tradiciones. Barrios en extremo oriente con la arquitectura propia de los países bajos. Alemanes que se visten y actúan periódicamente como nativos norteamericanos según la visión que transmitió Karl May, un escritor que nunca salió de su Alemania natal. La tradición de los afroamericanos como "cowboys", cuando todos tenemos la imagen del vaquero blanco y rubio. Una población de la costa oeste norteamericana que "deciden" ser bávaros, aunque no tienen ningún ancestro de esa región alemana. La arquitectura de estilo colonial alemán en Namibia cuando hace 100 años que dejó de estar administrada por Alemania, que no trató especialmente bien a sus aborígenes. Una "reproducción" de los canales de Venecia en Las Vegas... Con un estilo directo, sin artificios, exposición clara de hechos, muy estilo "escuela de Duseldorf", nos ofrecen una interesante reflexión sobre la naturaleza de las culturas y las civilizaciones humanas.

Tras esta interesante exposición, tenemos hora y media antes de dirigirnos a ver el Bosco. Nos agenciamos unas bebidas portables para aliviarnos del calor bochornoso de un Madrid medio nublado, y nos dirigimos al Real Jardín Botánico, donde suele haber todos los años un par de exposiciones de PHotoEspaña, además de la librería oficial del festival.

La primera es de Linarejos Moreno, que en copias de gran formato sobre arpillera nos ofrece una irónica mirada a los modelos botánicos del siglo XIX, maquetas articuladas de plantas y desmontables de plantas, que fotografía recordando la obra de Karl Blossfeldt en los años 20 del siglo pasado, aquella dedicada a plantas auténticas. No deja de transmitir una crítica a determinadas formas de transmitir o acceder al conocimiento, o de mirar al mundo, promovidas incluso desde las instituciones oficiales y académicas. Mucha más sustancia de lo que parece, aparte de la minuciosidad técnica de su materialización.

Y además de la interesante obra de esta fotógrafa madrileña, tenemos también la exposición "La hora inmóvil, una metafísica del Mediterráneo", del siempre interesante Bernard Plossu. Plossu es un habitual de estas páginas, puesto que es uno de mis favoritos en el mundo de la fotografía, a pesar de, o precisamente debido a la falta de espectacularidad en sus imágenes. Que sin embargo suelen venir mucho más cargadas de significado e incluso de poesía de lo que nos parece. Realizadas con sencillez, que no con simplicidad, con sus Nikkormat de los años 70 y sus ópticas de 50 mm, habitualmente en blanco y negro, con una composición mucho más cuidada de lo que parece sobre sujetos de apariencia banal, intenta captar la esencia y el alma de los lugares por los que transita. En esta ocasión los países del norte del Mediterráneo. España, Italia, Grecia, Croacia,...

Plossu es como la antitesis de muchas de las propuestas fotográficas actuales que, llenas de color y artificio, carecen de significado y se limitan a repetir "ad nauseam" las mismas propuesta y las mismas imágenes. Aquí estamos ante la observación atenta del mundo y sus detalles, intentando captar no lo que es universalmente conocido si no lo que pertenece universalmente a todos. Lo cual muchas veces está en paisajes cotidianos y aparetemente banales. A mí... me sigue gustando mucho.

Con estas exposiciones, y la subsiguiente visita a los invernaderos del botánico de la que ya os hablé hace unos días en mi Cuaderno de ruta, dimos por terminada la visita a PHotoEspaña, y nos dirigimos a la exposición del Bosco por la que hemos empezado este artículo. Que espero os haya interesado y motivado.

Camino de Zaragoza, en el tren, el atardecer. Y la imaginación de posibles proyectos fotográficos, alguno de los cuales van en la cabeza, y otros en el bolso de viaje.

Recomendaciones semanales - del 19 de junio al 3 de julio de 2016

Vuelvo a mis recomendaciones semanales tras mi semana de parón por vacaciones. No hay mucho que contar,... porque no he estado en internet tan apenas. Pero algo hay. Lamentablemente, un par de noticias luctuosas. Pero de momento, para abrir boca, mi tablero en Pinterest de estas "dos semanas".

Las fotografías acompañantes en esta ocasión son del viaje por Islandia durante una semana que he realizado en este principio de vacaciones. En concreto, son algunos paisajes, ejemplos de los numerosos saltos de agua, algunos de ellos de los más vistosos otros más discretos, que encontramos en el país nórdico. Como información técnica del viaje, diré que como de costumbre he llevado por el mundo cámaras del sistema micro cuatro tercios por su ligereza y competencia. Me he llevado dos, la Olympus OM-D EM-5 y la rojilla Panasonic Lumix GM5. La primera ha sido la titular, especialmente combinada con el objetivo de focal variable Olympus M.Zuiko Digital ED 12-40mm F2.8 PRO. No soy muy aficionado a las focales variables. Además este objetivo es relativamente grande dentro del sistema y desequilibra un poco el uso de la cámara. Pero la EM-5 y el 12-40/2,8 tienen un atributo fundamental en estos viajes. Son resistentes al agua en situaciones de mal tiempo. Se pueden usar bajo la lluvia. Y no sabéis lo bien que viene en un país donde parece que todos los días llueve, o cuando te acercas al aerosol levantado por un potente salto de agua.

Gullfoss
Brúarhiöđ

En cuanto a ópticas, la GM5, que iba como cámara de reserva, ha ido calzada la mayor parte del tiempo con el compacto teleobjetivo de focal variable Panasonic Lumix G Vario 35-100mm F4.0-5.6 ASPH. MEGA O.I.S. Este es muy compacto y económico. No soy muy de usar teleobjetivos, así que para un uso ocasional me conformo con una óptica honesta pero que no cueste mucho. Además es realmente pequeño para lo que ofrece. Y diafragmando a f/8 su calidad es bastante razonable. También a plena apertura, pero salvo que no haya luz o sea un retrato, prefiero cerrar algo el diafragma. Y además está estabilizado. Lo he usado. Y creo que con ventaja. Para situaciones en las que necesitase mucha luminosidad o un objetivo más discreto he llevado el siempre competente Panasonic Leica DG Summilux 15mm F1.7 ASPH, y como "tapa" de la Olympus para el transporte, y en un par de situaciones que lo he usado, el Olympus Fisheye Body Cap (9mm F8.0 ojo de pez).

Urriðafoss
Seljalandsfoss

Poco antes de salir de viaje, nos podíamos enterar del fallecimiento del fotógrafo chino Fan Ho (1931 - 2016) de quien ya había hablado previamente en estas páginas. O en el Cuaderno de ruta, no recuerdo. Fotógrafo documental que recorrió las calles de Hong Kong con su cámara, especialmente durante las décadas de los 50 y los 60 del siglo XX, con un estilo muy personal de fotografía en blanco y negro, muy estilizada y con unos valores estéticos muy notables. Dominaba como pocos la composición, el tratamiento de las formas y la armonía entre luces y sombras. Un fotógrafo cuyas imágenes deben ser estudiadas por todos los aficionados a la fotografía. La noticia apareció en múltiples medios, pero yo la traigo aquí de la mano de Quesabesde.

Y al regreso de la vacaciones, esta vez a través de PetaPixel, aunque también la noticia apareció en múltiples medios, me entero del fallecimiento del fotógrafo de moda radicado en Nueva York Bill Cunnigham (1929 - 2016). Octogenario como el anterior, este ha estado en activo hasta el final, con columna propia desde hace décadas en The New York Times. Su presencia, con un equipo muy simple, permanecía fiel a una Nikon FM2 para película tradicional con un objetivo de focal sencilla, probablemente un 50 mm pero no estoy seguro, y su característica chaqueta azul, era habitual de las calles de la Gran Manzana y en las pasarelas, donde se le trataba con un respeto cercano a la reverencia. Toda una institución a pesar de su carácter excéntrico. Hablé de él hace unos años a propósito de un documental que realizaron sobre el personaje.

Gljúfrafoss

Yéndonos ya a las recomendaciones de carácter habitual, y empezando como casi siempre por un clásico, conoceremos al fotógrafo belga Léonard Misonne, que vivió y trabajó a caballo entre los siglos XIX y XX, y fue adepto al pictorialismo, como nos muestran en L'Oeil de la Photographie. Aunque este estilo fue especialmente utilizado por los retratistas, especialmente aquellos que querían separarse de la fotografía de aficionado que empezaron a surgir con la popularización del medio por parte de Kodak, buscando un calidad de "obra de arte" en sus fotografías, Missone lo utiliza para documentar el paisaje natural, urbano y social de la Europa de su tiempo. Realizó y perfeccionó sus propios procesos fotoquímicos, cuidando mucho tanto la composición, como la iluminación y el resultado final.

Como vemos en las fotografías de hoy, en un viaje a Islandia el paisaje es el motivo fundamental de la fotografía del viajero. Pero frente al fresco y agreste paisaje de la isla próxima al Ártico, en Feature Shoot nos mostraron el trabajo del fotógrafo australiano Gabriel Scanu sobre las playas y costas próximas a Sidney. Los drones teledirigidos con un aparato de grabación de vídeo o fotográfico incluido se van popularizando poco a poco, lo cual permite al fotógrafo nuevos puntos de vista. Lo cual no quiere decir que todo lo que se haga de esta forma sea significativo, aunque sea más o menos espectacular. Pero el trabajo de Scanu, además de refrescante para las veraniegas fechas en las que nos movemos, me ha parecido que tiene un punto de vista interesante y que nos puede aportar algo más que unas vista bonitas.

Skógafoss
En las cercanías de Foss a Sidu

Sigue siendo actualidad el festival PHotoEspaña 2016. Ya os hablé de mis visitas hace unas semanas a algunas de sus exposiciones en Madrid. Todavía tengo intención de volver en los días que me quedan de vacaciones. Ya tengo prevista la fecha, con billetes de tren incluido y entrada al Prado para ver al Bosco, que no solo de fotografía se alimenta uno artísticamente hablando. Pero hay otras cosas que ver en fotografía. En Clavoardiendo Magazine nos van hablando de la oferta del festival de este año.

Me extrañó en mi desplazamiento a la villa y corte en el mes de junio que la Fundación Mapfre no tuviera nada que ofrecer. Bueno, pues sí. Nada menos que al japonés Hiroshi Sugimoto, un fotógrafo muy sugestivo, del que ya he comprado algún libro. No faltaré a la cita con esta exposición.

Hace tiempo que me considero un fan incondicional de la fotografía del francés Bernard Plossu. No pudo ser en la visita anterior, me quedé corto de tiempo, pero no faltaré a mi cita con el francés en el Real Jardín Botánico.

Como ando siempre corto de tiempo, pocas veces suelo salirme de las exposiciones de la sección oficial del festival. Pero está la sección off del mismo, que puede ser también interesante, generalmente en galerías privadas. El premio de este año en esta sección va para el proyecto "Cuando aún nevaba" de Jesús Labandeira. Si puedo me acerco.

Foss a Sidu
En las cercanías de Foss a Sidu

También ha salido recientemente el número 21 de Fraction Magazine Japan. Que me sigue pareciendo más interesante que el proyecto original norteamericano. Parece que en esta ocasión está especialmente dedicado a la fotografía de paisaje, y me ha resultado muy interesante. No voy a destacar ningún porfolio en especial, y sugiero que visitéis todos ellos. Bueno sí que voy a destacar alguno... Cómo no, acorde a las fotos de hoy, el trabajo de Ryotaro Horiuchi, que trabaja en blanco y negro la estética de los saltos de agua. Y también el singapureño Hui Hsien Ng, que nos ofrece paisajes de Islandia, aunque de tiempos más fríos que los que he tenido yo.

Terminaremos con una recomendación más anecdótica, que nos llega desde el facebook de Revela-TBlade Runner fue una película que constituyó un referente fundamental para toda la ciencia ficción posterior,... aunque si que haya sido superada desde mi punto de vista. Ciertas fotografías tienen un papel importante en la película... pero no hablaré de eso. La protagonista femenina, Sean Young, parece que acarreó consigo por el rodaje una Polaroid, cuyas fotografía se pueden contemplar, no tanto por su calidad como por su cinefilia y por el hecho de que son un claro antecedente de la moda del selfi de famosa tal y como lo conocemos en la actualidad.

Hundafoss
Svartifoss

Libros: Hiroshi Sugimoto, Hiroshi Masaki y Todd Hido

Hoy quiero comentar algunos libros que se han sumado a mi biblioteca de libros de fotografía. Dos de ellos, de autores japoneses, se vinieron conmigo de Barcelona, ciudad en la que dediqué parte de una tarde a visitar algunas librerías. El tercero, del norteamericano Todd Hido es una recomendación que leí hace unos días revisando mis recomendaciones de cada semana.

Acompañando este artículo, subiré algunas fotografías que recibí ayer recién reveladas. Hace unas semanas estuve practicando la naturaleza muerta, a propósito de un par de hermosos Boletos edulis que compré en mi frutería habitual. Recordar que tengo un tablero en Pinterest donde recopilo naturalezas muertas que me llaman la atención o me inspiran.

El caso es que de aquellos bodegones hice varias pruebas. Además de algunas pruebas de luz con una cámara digital, hice algún carrete en blanco y negro con la Hasselblad, e hice algunas fotografías en negativo color, Kodak Portra 160, con la Pentax MX. Algunos ejemplos de estas últimas son las que acompañarán la entrada de hoy.

Stop Time - Hiroshi Sugimoto

Sugimoto es un fotógrafo que ya me llamó la atención hace algunos años. Algunas series famosas son sus fotografías de los dioramas de naturaleza del American Museum of Natural History, sus bellas exposiciones de larga duración de salas de cine antiguas, sus minimalistas paisajes de mares de todo el mundo, y otras de naturaleza más conceptual o abstracta, casi siempre en blanco y negro. También ha flirteado con procesos fotoquímicos alternativos. Aunque japonés nacido en Tokio, es un fotógrafo que está radicado en Nueva York desde hace cuatro décadas.

El libro que aquí os comento nos llega desde Italia, siendo el catálogo de una exposición retrospectiva que se ha celebrado este año en la ciudad de Módena. Esta bellamente encuadernado y la calidad de impresión es notable. Los textos que comentan la obra del fotógrafo están en inglés e italiano.

Kyoto, A Landscape Meditation - Hiroshi Masaki

Mientras estaba decidiendo si compraba el libro anterior, me fijé en este otro libro, también de un fotógrafo japonés que comparte el nombre de pila con el anterio, Hiroshi Masaki. Parece que la inspiración para realizar esta serie y este libro le llegó a Masaki mientras paseaba con su cámara por el distrito de Higashiyama en Kioto, uno de los barrios mejor conservados del Kioto tradicional, que cuenta con algunos templos budistas y santuarios sintoístas notables.

A partir de aquí, Masaki nos ofrece una colección de fotografías en un bello blanco y negro, de contraste marcado pero no agresivo, que juega hábilmente con los las luces y las sombras, con las formas y las texturas, que nos ofrecen los templos y santuarios así como sus jardines y dependencias menores. Las fotografías contrastan con el habitual colorido con el que se nos suele representar fotográficamente los hitos culturales y naturales de la antigua capital imperial nipona. Y lejos de las vistas nutridas de turistas que nos suelen ofrecer estos lugares, se nos presentan en soledad, como preparados para la meditación y la simbiosis con el entorno. También bien presentado y excelentemente impreso, para captar los ricos matices del blanco y negro que nos ofrece el fotógrafo.

Todd Hido on Landscapes, Interiors, and the Nude

Hace unas semanas, en mi anterior entrada sobre libros, os hablaba de un volumen que me traje, editado por Aperture, en el que Alex y Rebecca Norris Webb nos enseñaban mucho de cómo es su proceso creativo, cada uno en su estilo. El libro que traigo hoy, esta vez del fotógrafo Todd Hido, pertenece a la misma serie, The Photographer Workshop Series. Creo que poco a poco iré comprando todos los libros de esta colección. No son muy caros y enseñan mucho.

Como indica su título, las especialidades de Hido son los paisajes, la fotografía de interiores y el desnudo... Bueno... esto es una simplificación. Sus paisajes corresponden a esas excursiones nocturnas por las aparentemente anodinas urbanizaciones residenciales norteamericanas, donde sabe encontrar la atmósfera y el ambiente adecuados para, sin mostrarnos a nadie, nos habla de los moradores de esas urbanizaciones. Sus interiores son habitaciones de hotel, o de moteles de carretera, u otras estancias, muchas veces con cierta desolación, pero que nos hablan también a pesar de las ausencias de quienes las ocuparon o de las historias que allí pudieron suceder. Finalmente, en esas mismas estancias, con un dominio de la luz y del color envidiable, y que encontramos en toda su obra, encontramos sus retratos, a veces desnudos, que tienen algo de interpretación, de momento de una historia, con ese ambiente cinematográfico que impregna el trabajo de muchos fotógrafos contemporáneos, pero que en el caso de Hido tiene una personalidad propia.

Hido trabaja con película negativa. Fundamentalmente con formato medio, con una estupenda Pentax 67, pero no hace ascos a la formato pequeño con película perforada de 35 mm, e incluso usa una cámara de baja calidad intrínseca del ya desaparecido formato 126. Mucho que aprender de Todd Hido.

Recomendaciones semanales - del 25 al 2 de noviembre de 2015

En Aragón, el festivo de Todos los Santos, que ha caído en domingo, se ha trasladado al día 2 de noviembre, hoy lunes, por lo que tenemos un día más de fin de semana. Y dado que he estado un par de días fuera en un taller de fotografía con cámara de gran formato del que ya os hablaré, he trasladado a este lunes mis recomendaciones semanales. Como habitualmente, empezaré enlazando con el tablero de Pinterest con las fotografías que me han llamado la atención esta semana.

Si hace ocho días acompañaba las recomendaciones de la semana pasada con algunas pruebas de bodegones, en esta traigo las fotografías que realicé con la Hasselblad, de esa serie que dimos en titular de forma un poco jocosa "Risotto de funghi porcini con postre de granada".

En primer lugar, comentar que una de las páginas en internet de donde obtengo una buena proporción de noticias y recomendaciones para estas entradas del fin de semana, L'Oeil de la Photographie (en inglés), ha experimentado cambios en sus funcionalidades y en su presentación. Supongo que será cuestión de acostumbrarse, pero tengo la sensación de que la versión menos sofisticada anterior era más sencilla de utilizar. En cualquier caso, la línea de contenidos es similar, y seguiré suscrito a ella. Recibo todos los días un mensaje de correo electróncio con los artículos del día.

Suelo empezar con fotógrafos clásicos, y en esta ocasión le haré con Josef Koudelka, que por cierto está exponiendo una retrospectiva en la Fundación Mapfre de Madrid. Conviene recordar de vez en cuando el interesante trabajo del fotógrafo checo, pero en esta ocasión el portal de fotografía NNfotógrafos plantea un artículo didáctico sobre las cosas que nos enseña la fotografía de Koudelka si queremos afrontar la fotografía documental.

El mundo de la fotografía japonesa es mucho más variado de lo que algunas veces parece tal y como lo reflejan los medios. Pero es indudable que tiene características distintivas respecto a los paradigmas de la fotografía occidental. Uno de ellos es la peculiar relación que parecen mantener con la sexualidad, y no es raro encontrar en la fotografía japonesa erótica imágenes que pueden resultar a veces desconcertantes, otras ejemplos de ciertos fetichismos no siempre fáciles de comprender, y en otras ocasiones cayendo, al menos aparentemente, en el más puro kitschEn Cultura Inquiera nos muestran el trabajo de Yoshihiro Tatsuki, que puede ser un ejemplo más, no carente de interés y de reflexión, de esto que digo.

Totalmente distinta es la fotografía de otro fotógrafo japonés, Hiroshi Sugimoto. Especialemente en lo que se refiere al minimalismo de sus paisajes marinos en blanco y negro, muchas veces tomados con largas exposiciones, con su característico horizonte en el medio del fotograma, marcando una asimetría de tonos entre el cielo y el mar. Nos lo muestran en American Suburb X. Por cierto, me he traído de Barcelona un libro de Sugimoto, del que hablaré otro día.

Hay una serie de blogs por el mundo de la fotografía que están patrocinados o realizados por las propias marcas de material fotográfico, a mayor gloria de sus productos. Sus artículos los traigo a estas páginas con parsimonia porque, aunque no carecen de interés, el triunfalismo hacia sus productos a veces me parece inadecuado. Pero Hasselblad ha publicado un artículo dedicado al fotógrafo de moda Rodney Smith. Fiel al modelo 501 de la marca creo que Rodney es un maestro de la exigente composición, y algunas de sus fotografías serán reconocidas probablemente por el aficionado.

Cuando hablamos de bodegón o naturaleza muerta el pensamiento con frecuencia se nos va hacia los estándares que la pintura clásica ha establecido para el género, que muchas veces se reflejan en la fotografía, aunque esta tiene mecanismos propios y específicos para tratar el tema que la deberían hacer más libre. Y podemos encontrar variantes tan estupendas como las que nos muestra Lenscratch de la fotógrafa canadiense Jennilee Marigomen, especialmente aquellas que juegan con las formas, los colores y la abstracción. Encontrar la inspiración en los objetos cotidianos para crear algo totalmente distinto. Aunque la fotógrafa tiene más trabajo que mostrar aparte de este.

De vez en cuando oímos hablar de fotógrafos ciegos. Sí. Eso parece algo increíble. Pero el concepto de ceguera es menos binario de lo que a veces piensa la gente. En muchas ocasiones no tiene porqué ser una cosa de todo o nada. Veo o no veo. Como nos cuentan en L'Oeil de la Photographie, en su edición de fin de semana dedicada a los lectores, es el caso de la escritora norteamericana Tammy Ruggles, cuya discapacidad le lleva a estar clasificada como legalmente ciega. Pero todavía es capaz de distinguir la luz y las formas generales. Contornos borrosos de las cosas. Eso es en lo que se basan sus composiciones. Como ella dice, la cámara se encarga de reflejar lo que no ve. Mientras hay luz, hay fotografía.

También de esta sección del fin de semana dedicada a los lectores de L'Oeil de la Photographie nos llega el trabajo de Beb Reynol, con un más que notable reportaje de la minería del carbón en Afganistan, país marcado por la guerra, la pobreza y la ausencia de medios.

Por hoy, nada más. Tengo pendientes al menos dos artículos con las actividades de este fin de semana. Uno sobre el taller de fotografía con cámaras de gran formato, y otro con libros que compré en Barcelona, libros que si no los ves o los palpas no los compras.

Espero ir publicándolos a lo largo de la semana. Si el tiempo (cronológico) lo permite.